Deberíamos comenzar preguntándonos qué es Religión y sin ánimo de intentar responder a esta pregunta tan grande y dado que su respuesta puede resultar muy compleja, lo que sí nos parece importante decir es que al hablar de religión nos dirigimos a un lugar muy personal e íntimo en cada ser humano. Ese ámbito de lo religioso en cada uno de nosotros, nos habla sin duda de un lugar donde intentamos preguntarnos y responder a esas preguntas sobre el origen y el sentido de la vida, sobre la trascendencia humana y la verdad en el mundo. Sin lugar a dudas, sabemos que no se puede dar clases para intentar responder a estas preguntas, pues nos parece que son respuestas que deben aflorar libremente desde el interior de cada alma humana individual.
¿Qué pensamos de las clases de religión?
¿Qué pensamos de la presencia y uso de las pantallas en el desarrollo del ser humano?
Con el nacimiento de cada niño nace todos los días la esperanza de una nueva humanidad y así como los primeros seres humanos comenzaron a dar sus primeros pasos sobre la tierra viviendo en cavernas, haciendo fuego, lavándose en los ríos con tierra… Así, los niños juegan entre los árboles y construyen guaridas bajo sus troncos y ramas, juegan con agua y tierra y se admiran al contemplar el fuego de una fogata. Sabemos que no es necesario seguir estimulando y creando más adicción a las pantallas en una edad infantil o juvenil… Las nuevas tecnologías son maravillosas, pero todo a su tiempo… La pedagogía Waldorf no está en contra de las herramientas tecnológicas que han surgido de la inteligencia humana, pero defiende el uso consciente de ellas y evidentemente a partir de una edad adolescente. Así como no le daríamos un café o una copa de alcohol a un niño pequeño. entonces, ¿por qué le permitimos jugar con un teléfono celular?… Porque al igual que un café o una copa de vino, pensamos que un teléfono celular no es adecuado para un niño.
¿Cómo se relaciona la Antroposofía con la Pedagogía Waldorf?
Etimológicamente la palabra antroposofía se podría traducir como “la sabiduría del ser humano” y este término, acuñado por Rudolf Steiner a principios del siglo XX, nos habla por ejemplo, de una realidad ternaria existente en todo ser humano. Es decir, una dimensión física, una dimensión anímica y una dimensión espiritual. Por lo tanto y a la hora de educar, las familias y los maestros nos preguntamos: ¿cómo poder ayudar a nutrir mejor estos tres ámbitos en nuestros niños/as y alumnos/as a través de la vida escolar?. Una de las respuestas a esta pregunta nos la entrega la antroposofía, al hablarnos de los septenios y su relación con las etapas del desarrollo y el quehacer pedagógico. Se hace evidente, de esta forma, que el conocimiento antroposófico es la base de la pedagogía Waldorf.
¿Cómo abordamos el tema de los exámenes libres?
Nuestra naciente escuela sueña con un desarrollo sano y verdadero y que nos permita también relacionarnos con nuestro entorno cultural y social de manera de poder aportar con una mirada pedagógica diferente, que creemos también necesaria en nuestra comuna. Pero al ser una escuela joven y no contar por ahora con el reconocimiento ministerial, nuestros alumnos rinden cada fin de ciclo o cada año (según sea mejor para ellos) sus exámenes libres ante el Ministerio de Educación.
¿Cómo se evalúa en la pedagogía Waldorf?
En la pedagogía Waldorf, se evalúa el proceso de aprendizaje en cada una sus diferentes etapas y no sólo el producto final. Para eso, se considera la etapa de desarrollo en que están niños y niñas para alcanzar determinados aprendizajes, la capacidad creativa, las diferencias individuales y los aspectos que dicen relación con su sentir y su voluntad, contando para ello con múltiples herramientas.
A diferencia de la pedagogía tradicional, donde se mide sólo numéricamente el resultado final de un proceso que debe ajustarse a parámetros estandarizados y que apunta sólo al aspecto cognitivo, especialmente lo memorístico.